Inmigrante asesina a una niña en París
Ya hemos comentado, que en Francia existen zonas No Go. Pero después de los últimos acontecimientos podemos llegar a la conclusión de que Francia puede ser un país irrecuperable.
Lola Daviet, una niña de 12 años cuyo cadáver apareció este fin de semana en una maleta en una calle del barrio de Saint Dennis. Este barrio es una de las zonas consideradas NO GO y de los más peligrosos debido a los altos índices de inmigración.
La joven fue abordada cuando ya había llegado al bloque donde residía tras acabar el colegio, situado a escasos 200 metros, pero nunca llego a su casa.
Según la investigación, Dhabia B., una inmigrante argelina de 24 años, se la llevó al sótano del edificio y allí quito la vida a la niña.
El sufrimiento brutal de la niña
Por si la situación fuera poco dantesca ya, están saliendo a la luz nuevos datos que demuestran que lo que vivió Lola fue un auténtico infierno.
La inmigrante argelina está acusada no solo de matarla, también de «violación con actos de tortura y barbarie». Declarando ante el juez, su abogado aprovechó para pedir respeto y que se respetara la presunción de inocencia.
Inmigrante asesina a una niña en París: La policía ya había pedido su expulsión de Francia
En el mes de agosto de este año 2022 la policía ordenó su expulsión del país al carecer de permiso de residencia.
Durante la charla con el juez, llego a reconocer y negar los hechos varias veces, pero desveló detalles aberrantes del secuestro. Además, se la sitúa en el edificio, puesto que las cámaras de vigilancia del mismo registraron su entrada.
La niña fue violada y torturada antes de ser asesinada
Al parecer, reconoció que, «arrastró» a Lola hasta el apartamento de su hermana, que vivía en el mismo inmueble.
Luego, la obligó a bañarse y después la violó. «La agarré del pelo, le metí la cabeza entre las piernas (…), tuve un orgasmo», información del medio francés Europe 1, que ha tenido acceso a la documentación.
El brutal asesinato de la niña
No satisfecha con eso, la asfixió. Después, con tranquilidad se tomó un café, escuchó música y pasó a descuartizar el cuerpo. La cabeza de la pequeña apareció casi desprendida del cuerpo.
Pero no se quedó solo ahí, este acto aberrante continuó porque Dhabia admite haber bebido sangre de la víctima tras ponerla en una botella.
El informe de la autopsia también recoge que la pequeña tenía un cero y un uno escritos en rojo en la planta de los pies. La principal sospechosa colocó el cadáver en una maleta que luego apareció en el patio interior del edificio.
Además de Dhabia, también está imputado otro hombre por haberla ayudado a transportar el cuerpo.
Muchos medios se han apresurado a decir, que esta aberración humana, (Si amigos leen ustedes bien, aberración humana, porque quien realiza actos aberrantes es una aberración) padece un trastorno psicológico.
¿Cuantos enfermos mentales están surgiendo de esos refugiados que llegaron de esos países de tolerancia y de amor?